“Intentaremos que Azca sea un beneficio para Tetuán y para todo Madrid”

Manuel Rodríguez, presidente de la Asociación ProAzca

Considerada por muchos una zona privilegiada dentro del distrito, lo cierto es que Azca lleva más de una década asistiendo a una degradación constante, convertida en foco de inseguridad, ruidos y basura. Algo que sólo comenzó a cambiar con la redacción del Plan Director que pretende revitalizar este espacio único en la capital, y la creación de ProAzca, asociación de comerciantes y empresas que funciona como nexo entre negocios, vecinos y Ayuntamiento. Un hilo conductor de la pionera colaboración público-privada, cuyos mimbres estableció el anterior Gobierno municipal y que parece continuará con Ahora Madrid en la Alcaldía.

Más de 10 años. ¿Por qué se ha tardado tanto en atajar los problemas de Azca?
Quizá porque todos hemos estado de espaldas ante el conflicto: desde el pequeño comercio hasta el residente, la empresa y lo público. No hemos sabido ponernos de acuerdo para buscar la solución. Todas las promesas caían en saco roto, y ProAzca ha tenido que luchar contra ese descreimiento. 

Desde hace años ya existía una asociación de vecinos…
Sí, se constituyó como autodefensa, porque nadie solucionaba los ruidos, la limpieza, la inseguridad… Pero creo que eso ya se ha superado y estamos en la fase de crecer y mejorar. Hay que decir que los soportales donde están las viviendas son privados, el Ayuntamiento no los limpia, y ahí está el choque: cómo dices a una comunidad que limpie, arregle y asegure una zona, para que luego la usen todos, y de aquella manera. Y no un día, sino 40 años.

El Plan Director se trazó con el anterior equipo municipal. ¿Se han reunido con la nueva Junta de Tetuán?
Sí, hemos tenido reuniones. Sin el Plan Director estaríamos muertos. Esto le llevó tiempo al Gobierno anterior, y ha servido de base para que los nuevos valoren que hay mimbres. Parece que se va a continuar buscando soluciones, apoyándose en las empresas. No hay cambios ahí, sólo distintas sensibilidades. Los nuevos rectores intentan que esto sea una riqueza transversal, un beneficio para todo el distrito y para todo Madrid. 

En el Pleno se habló de una reducción de las inversiones municipales para Azca de 6 a 3 millones, y que se pediría un mayor esfuerzo a las empresas…
Eso es todavía una propuesta, no una decisión firme. Creo que han tirado un globo sonda. Bueno, es ya política, quizá para abrir la participación a más gente de la que hay, que ha sido absolutamente generosa. Por otra parte, es cierto que todos ganamos con las mejoras, pero aquí están las empresas más importantes del país, y lógicamente, si esto se revaloriza, el retorno más inmediato será para ellos. En cualquier caso, hay buena voluntad por parte de todos. 

Tras el éxito de MadrEat, ¿no hay previstas más actividades a corto plazo?
Se han paralizado porque entramos en tiempo de obras, que son importantísimas. Una de las claves de las limitaciones que ofrece este espacio es que se construyó hace 40 años con un proyecto de una década antes y está absolutamente obsoleto. Ya están en marcha las de Plaza Picasso, este mes arrancan las de Trías Bertrán y en Semana Santa comenzarán las de la Gómez Moreno. En las dos primeras será donde centremos todas las actividades culturales y de ocio.

Se habla de finalizar todas las actuaciones en 2017. ¿Es un plazo realista?
No, todas no. Picasso y Trías Bertrán terminarán antes de verano, y eso ya nos parecería un milagro. Intuimos que el hecho de que se vayan llevando a cabo estas obras propiciará que comiencen otras. Creo que van a ser varios años, pero lo principal es que no se pare y vaya cogiendo ritmo.  

El poco tránsito de Azca responde a que desde fuera no se conoce y, los de Tetuán, le tienen cierto miedo. ¿Cómo se va a superar ese doble obstáculo?
La clave está en que la gente atraviese el parque en lugar de dar la vuelta a la manzana. La apertura de locales también va sumando: se va a montar una discoteca de lujo que arreglará los aledaños, y si no es por esa actividad esa zona ni se toca. Esas cosas, junto con la apertura de las dos grandes plazas, harán que la situación de aquí al verano u otoño vaya a ser radicalmente distinta. Por no hablar de las obras en los edificios de Saint Gobain y del BBVA, donde se dice que irá un centro comercial en las 15 primeras plantas; el traslado de Ernst & Young a la torre Titania o el espacio de Adif que ha comprado El Corte Inglés, que llenarán Azca aún más de vida.

La iluminación de túneles y pasadizos parece indispensable. ¿Cómo se va a llevar a cabo?
La vaguada central, que comunicará Moda Shopping con El Corte Inglés, es una de las actuaciones que no se abordará hasta dentro de un par de años. La sufraga Pontegadea [sociedad inmobiliaria de Amancio Ortega] y ellos son muy cautos, así que ni conocemos los planos, que ya hemos solicitado a Urbanismo… no hay datos exactos de cómo quedarán.

Lo que sí se han instalado son las cámaras, pero no funcionan.
Nos ha sorprendido, porque pensábamos que estaban ya en marcha. No sé si faltará algún permiso por parte de alguien…, pero lo cierto es que resultaba imprescindible tener unos elementos de vigilancia.

Otro problema ha sido el ocio nocturno. ¿Se darán nuevas licencias para bares de copas?
La nueva discoteca usará una licencia en vigor, pero la clave no es que las discotecas que haya sean buenas y se controlen… aquí ya se ha recuperado una, que ha saneado la escalera, la trasera… Y los vecinos están encantados. En fin, que los negocios que se establezcan cumplan los requisitos: si aíslas tu espacio, generas seguridad, iluminas los accesos… bienvenido. Aquí cabemos todos, pero haciéndolo bien y respetando las normas.

Por el "rockefeller center" tetuanero transitan 120.000 personas al día –el 75 por ciento de toda la población del distrito–. La mayoría acude a trabajar a sus más de 500 empresas, pero ni éstos ni los vecinos disfrutan apenas de las nueve hectáreas de suelo público y zonas verdes que atesora en su interior. Quizá sea 2016, al fin, el año del cambio en Azca.

David Álvarez de la Morena / Foto: Álvaro Guijarro.